Para Nelly Richard, teórica y crítica cultural de origen francés residenciada en Chile, la crítica cultural es aquella que subvierte el orden establecido y devela los mecanismos y formas en que el poder crea mediante los signos y códigos de la cultura discursividades hegemónicas que se convierten en modos de ser, identidades totalizadoras y estáticas de las y los sujetos. “Desocultar los códigos de transparencia que borran el trabajo significante de las ideologías culturales, es la primera maniobra de resistencia crítica al falso supuesto de la neutralidad de los signos.” (1993, pág. 11) De allí que, el papel de la crítica cultural también sea mostrar las nuevas formas de representación que emergen de las prácticas culturales alternativas y que surgen en contraposición del poder institucionalizado.
El feminismo como movimiento social alternativo, divergente que devela las estructuras del poder masculino y cuestiona los roles e identidades de género establecidos, así como los demás códigos culturales que se imponen constantemente y pretenden universalizar las experiencias del ser hombre, es el espacio idóneo para plantear lo que Richard expone como: “prácticas transformadoras en el campo del pensamiento artístico y cultural que registran el impulso de estas nuevas fuerzas críticas” (1993, pág. 13).
El feminismo latinoamericano ha abierto la posibilidad del cuestionamiento, la crítica y la revisión de la idea univesalizante de autorepresentación masculina y su despliegue de poder, principalmente, desde espacios de resistencia emergentes, que, impulsados desde el arte y la cultura permiten el desarrollo de una reflexión cultural sobre los procesos histórico-sociales, en el caso de Richard, ella enfoca parte de su trabajo hacia el período de la dictadura militar en Chile (1973-1990) y cómo para la época mujeres artistas, escritoras, poetas, entre otras, como, Diamela Elti, Lotty Rosenfeld, Catalina Parra, fueron capaces de presentar y representar lo que se estaba viviendo, a partir de la configuración de lenguajes diversos que burlaron y trasgredieron el “inquebrantable” poder militar de la dictadura.
Casos como el de Diamela Elti en la literatura permitieron generar una dotación de sentido sobre otros imaginarios que se encontraban al margen o en la periferia y cuya voz estaba acallada, y que mediante la intervención de los símbolos del poder se logró la resignificación del discurso establecido. Ellas utilizaron estos espacios culturales para exponer las experiencias al límite del poder.
Richard trabajó con mucho interés, y es la referida al performance, un formato que para la década se consideró poco tradicional. El performance como expresión artística fue introducido por mujeres que pertenecieron a lo que posteriormente se denominó como Escena Avanzada, cuyas prácticas experimentales centraban al cuerpo como soporte de la intervención artística e interpelaban directamente las maneras en que el poder enarbola un discurso punitivo, prohibitivo y de censura en todos los sentidos, en especial, en los cuerpos, mediante la apropiación de los mismo e impelidos de salirse de la norma. Así el performance logró mostrar estas otras corporalidades en emergencia, en palabras de Richard:
La aparición del cuerpo como material creativo en las prácticas de la Escena de
Avanzada no sólo introdujo una ruptura neovanguardista con la tradición oficial
de los soportes y las técnicas de la historia chilena de las Bellas Artes, sino que
además hizo explotar, en aquellos años de resistencia política, la rebeldía de una
pulsión biográfico-sexual que supo desestructurar el molde de las identidades
uniformadas y regimentadas por la ideología de género de la dictadura. (2021,
págs. 288-289) .
En los convulsos años de la dictadura chilena el performance se constituyó como uno de los mecanismos con que las artistas de la Escena Avanzada lograron posicionar un discurso en contra del poder militar establecido. La actividad performática como forma de visibilizar, denunciar y resistir a las violencias y opresiones existentes. Los performances de las artistas de la Escena Avanzada, además de mostrar una realidad y cuestionarla, se convirtieron a su vez en una herramienta de denuncia y resistencia que permitió analizar el cuerpo como productor de simbologías tomando elementos de la cotidianidad para expresar las problemáticas sociales, culturales, políticas y económicas que se desarrollaban durante los duros años de la dictadura militar.
La actividad de las artistas chilenas interpeló mediante la acción a la dictadura militar, y permitió el cuestionamiento hacia lo que significa ser mujer dentro del sistema patriarcal; y les permitió la posibilidad de resignificar el cuerpo y sus experiencias, mediante la reapropiación del mismo en la puesta en escena, una reapropiación que se vio marcada por la trasgresión hacia los límites establecidos.
Un elemento importante es que los performance de la Escena Avanzada no solo cuestionaron a la dictadura militar, sino también a la izquierda militante que no fue capaz de advertir en la trasgresión de estos actos y la rebeldía del grupo lo que se presentaba, la convulsión en contra de un orden establecido, en donde las construcciones de lo imaginario, lo subjetivo, del inconsciente y del deseo generaban una fisura pues irrumpían cuestionando las formas en que se presentan los discursos de la cultura, lo hegemónico, el arte, las identidades prevalecientes entro lo masculino y femenino, lo sexual, era una crítica que pretendía movilizar los cimientos de una cultura de dominación y poder.
El performance constituyó una novedad en todo sentido, su abordaje logró trastocar la escena cultural de esos años, a partir de la desacralización del modelo de disciplinamiento, se cuestionaron los signos de lo masculino, del poder, a través del cuerpo como lugar de enunciación y creación de nuevos lenguajes. La crítica se realizó en los distintos ámbitos puede decirse que, de forma intersubjetiva, ya que mezcló: mirada, imagen y palabra; en un universo de sentires que apostó por la crítica desde el cuerpo hacia una sociedad militar, patriarcal, violenta y binaria.
Además, esta intersubjetividad se plasmó también en los formatos de registro de lo acontecido que pudieron recoger el momento, tales como el video, las fotografías e incluso la literatura, con el fin de preservar el instante de realización efímero del performance y dejar registro de lo sucedido.
Las mujeres artistas del performance lograron acoplar su práctica y experiencia como mujeres con lo alternativo, en una nueva búsqueda de expresión que interpelara al sistema y que sacara al arte de los museos e instituciones pensadas para la “cultura”, además, de incorporar la teoría a los trabajos que estaban realizando, cuestionándose los conceptos establecidos, reconceptualizando nociones y generando reflexión social en torno a la práctica que ellas mismas estaban impulsando.
Al pensar en el performance como una práctica artística en cuya combinación de lenguajes se trasgrede una realidad que permea todo el sistema capitalista-patriarcal, se ve en esta forma de arte, así como lo hizo Nelly Richard, la posibilidad de generar una irrupción, una fisura que descubre las maneras en que el poder juega y se organiza para imponer sobre los cuerpos modos, formas y maneras de ser, siendo la cultura un medio ideal para la imposición y disciplinamiento a partir de los códigos y signos que en ella se van generando.
Es así como, otras prácticas artísticas como el performance a través de la indisciplina de un cuerpo, permiten no solo el develamiento de las estructuras del poder, sino también la resignificación del cuerpo y la emergencia de otras corporalidades, subjetividades, identidades que están fuera de la construcción de lo nacional, del binarismo de género y de la posibilidad de representación.
Notas
- Escena Avanzada es el nombre con el que se denominó el trabajo de un grupo de artistas y escritores de la movida cultural en Chile durante los duros años de la dictadura militar, una de las características principales de este grupo fue la introducción de nuevas formas de expresión artística como el performance o el happening que buscaban generar una reflexión crítica acerca de lo que estaba sucediendo.
Fuentes
Richard, N. (1993). Masculino/Femenino: Prácticas de la diferencia y cultura democrática . Santiago de Chile : Francisco Zegers Editor .
Richard, N. (2021). Los extravíos de la cita teórico-cultural: feminismos, estéticas travestis y teoría queer. En N. Richard, Zona de tumultos. Memoria, arte y feminismo. Textos reunidos de Nelly Richard Richard (1986-2020). Buenos Aires: CLACSO.