La fotografía social de Danielly Rodríguez

La lógica del poder hegemónico y la pandemia por COVID-19 nos impuso una única visión de la calle como algo a lo que hay que tener miedo, la salud y la vida como algo que hay que encerrar, individualizar y privatizar. La experiencia colectiva nos ha mostrado la importancia de cuidar lo común, los territorios, los espacios abiertos, la urbanidad/ruralidad y los cuerpos que lo habitan. El territorio se plasma sobre nuestros cuerpos y viceversa. La calle es un collage de experiencias, de rostros, huellas, historias, movimientos, memorias, ausencias, hábitat, persistencias, emociones, luces y sombras, donde los cuerpos persisten a través de la creación y el arte.

El arte y la creación son una fuente de transformación, vitalidad, sanación, emancipación, de comunicación, de conexión, de denuncia, de lucha, de re-existencia, de creación de una narrativa diferente a lo que se pretende imponer desde la superestructura, una expresión de autocuidado y cuidado colectivo. Son las luces y artesanías del Nosotrxs que se tejen y construyen en las profundidades de los territorios y corporalidades, la vida que persiste que llamamos la Luz de Lxs Que Se Quedaron. La fotografía ha tenido un papel protagónico en visibilizar ese Nosotrxs, ese retrato o collage de nuestras luces.

Es por ello que nos animamos a entrevistar a Danielly Rodriguez una joven caraqueña, fotógrafa social y artivista que retrata la calle, la toma del espacio público para la exigencia de derechos, las actividades culturales y los rostros de quienes alzan sus voces.

Danielly nació en Caracas, Venezuela en el año 1991. Al graduarse del liceo tenía el deseo de estudiar fotografía, pero un día antes de realizar todos los trámites, le avisan que le fue otorgada una beca completa para estudiar la carrera de Derecho en la Universidad Monteávila. En el año 2015 logra comprarse una cámara y estudiar fotografía. Su trabajo se ha centrado en el tema social, enfocado en las personas que hacen vida en las calles y las situaciones que allí se presentan. 

Actualmente está realizando un proyecto documental para contar historias sobre personas que han tenido que enfrentarse a situaciones difíciles durante sus vidas, la mayoría como consecuencia de violaciones a sus derechos o como familiares de víctimas y que a partir de allí, se han dedicado al trabajo social o al activismo, ayudando en comunidades o a colectivos marginados y vulnerados. 

Danielly sigue realizando un registro fotográfico de calle, sumando también la toma del espacio público para la exigencia de derechos, actividades culturales y los rostros de quienes alzan sus voces. 

¿Qué sentimiento es relevante cuando fotografías en este tiempo?

A veces cuando nos están hablando estamos ya pensando una respuesta que dar… un consejo quizás, pero cuando retrato estas historias yo solo estoy para escuchar, para escribir, para contar y para compartir con esa persona, así sea en esos minutos porque me está confiando una parte de su vida y no solo en hechos, sino emocionalmente. Me comparten sus dolores, sueños, anhelos, y yo entro como en ese círculo de confianza y los respeto, y siento así sea una pequeña parte su dolor, lloro por dentro o me alegran, porque no todas han de ser tristes, pero eso, entrar emocionalmente en el estado que estén ellos.

¿Hay en ti algo de lo que ves en lxs otrxs seres que registras?

Sí. Veo cómo todos estamos atravesando situaciones que nos sacuden, pero también nos prende una chispa o nos hace reflexionar sobre algo, a todos nos duele algo o nos motiva una lucha… la mayoría es gente que ha estado en la sombra, pero intenta llevar luz y yo me quedo con ellos, porque yo también he estado allí.

En este momento para ti: ¿Qué es belleza? ¿Qué es luz? ¿Qué es la tristeza?

Belleza es todo lo que se nos hace agradable a la vista, lo que nos atrae, nos gusta, todo puede ser bello, pero depende del ojo que lo mire. Luz es todo lo que guía, lo que acompaña, lo que cuida, lo que quiere, lo que enseña. Tristeza es lo que nos duele, lo que no comprendemos, lo que nos lastima.

Danielly participó en La Luz de Lxs Que Se Quedaron, una actividad a beneficio de la escuelita de música de la comunidad de El Naranjal, ahora te mostramos parte de su trabajo fotográfico.

La Fotografía de Danielly Rodríguez

Juancho La Rosa y Robzayda Marcos (1969-1971): Kekiisai, defensor y activista en las comunidades campesinas, cree en la familia, en la tierra, en unión con el otro. Educa, informa y promueve espacios de encuentro en El Naranjal, junto a Robzayda, quien también cree en el construir desde el nosotrxs, como iguales. La lucha será su modo de vida hasta el final.

Richelle Briceño (1983): abogada y defensora de los derechos humanos de la comunidad LGBTIQ+. Ha vivido lo que es ser discriminada por ser una mujer trans, pero lucha porque en Venezuela no exista la discrimación de ningún tipo y siente que puede aportar mucho en la solución del país.
Teresa Sánchez: madre del preso político Rafael Tarazona. Sufre como madre y se siente también presa como familiar. Aunque su pensamiento está con él todo el día no juzga a quienes lo encarcelaron y mantiene la fe. Para ella la risa vale más que cualquier otra cosa. Entiende que todo tiene un propósito y que este fue el que le tocó vivir a ellos.
Elvira Pernalete (1969): madre de Juan Pablo, asesinado en las protestas de 2017. Conforma junto a su esposo y otros familiares de víctimas de las protestas y ejecuciones extrajudiciales Alfavic Vzla. Trabaja por preservar sus memorias y conseguir justicia para que otros jóvenes no sean asesinados por exigir derechos.
Karla Tovar (1979): Lucha por los que no tienen voz dentro las industrias contaminantes, como el de la moda. Apuesta a la educación ambiental y social. Con su empresa de upclycling “2nd chance” desea crear triple impacto ambiental y apoyar a las mujeres en situación vulnerable a empoderarse.
Rodney Álvarez (1986): duró 11 años de su vida privado de libertad sin ninguna prueba en su contra. Actualmente se encuentra luchando por su reenganche laboral y desea mantenerse en Venezuela defendiendo derechos laborales.
Kelly Bradly (1978): En su última reencarnación es defensora de la comunidad LGBTIQ+. Ha sufrido de discriminación, pero trabaja para que la sociedad no discrimine más y lograr que la comunidad tenga más espacios en Venezuela.
Héctor Fagil (1992): miembro de Freeconvit. Duró 6 años en prisión, pero cambia su imagen por una más positiva dejando las armas y tomando el micrófono, llevando mensajes a los más jóvenes para que tengan una vida libre de violencia.
Chabela Chirinos (1959): vive en el Barrio La Agricultura en Petare y ofrece la platabanda de su casa para que se lleven a cabo actividades culturales como Cine Platabanda y siente que es una manera de llevar alegría en el barrio.

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