Una orquesta Sinfónica es una gran familia; somos seres que se frecuentan casi todos los días para hacer música, trabajar en ella y así poder mostrar nuestros conciertos, lo que nos hace pasar mucho tiempo juntos. En estas situaciones, se arman si o si relaciones interpersonales muy valiosas. Y como cada familia, al perder a uno de sus integrantes, queda una herida que es difícil de llevar. Hace algunos varios años, tuvimos que vivir la perdida de nuestro arpista estrella, Don Manuel Jiménez. Él se desempeñó muchos años como solista en Arpa en la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y estudió en París, dónde pulió su técnica en el instrumento, logrando así convertirse en un referente musical en Latinoamérica. Cuando Manuel partió, su puesto de solista quedó vacío, y debía llenar esa plaza, lo que nos llevó a pensar: ¿Quién sería la persona? ¿Quién se convertiría en el/la nuevo/a solista de la Orquesta?
Ahí es cuando aparece mi entrevistada, la carismática y talentosa profesional María Chiossi, una joven arpista italiana, quien conquista el oído del jurado en el concurso público de arpa, para pertenecer a esta gran Orquesta. Aquí comparto un poco de nuestra charla. ¡Espero que les guste!
¿A qué edad comenzaste a estudiar arpa y porque elegiste ese instrumento?
Empecé a estudiar arpa con ocho años en el Conservatorio “Luca Marenzio” de mi ciudad Brescia. Mi historia es una historia de amor a primera vista o mejor dicho “primera escucha”. Mis padres me habían inscrito a un curso propedéutico donde niños sin habilidades previas iban descubriendo la música y los instrumentos. Yo adoraba ir a ese curso dos veces por semanas donde jugábamos con la música y además cada mes nos llevaban a conocer un instrumento diferente. La profesora del curso había dicho a mis padres que el violín hubiese sido perfecto para mí, pero cuando en la última clase fuimos a conocer el arpa su sonido mágico me cautivó. Así que pocos meses después entré al Conservatorio. Había recién cumplido los ocho años. Allí estudié con Anna Loro hasta el Diploma. Anna Loro es una tremenda arpista, así que tuve mucha suerte de conocerla en mis años de juventud y de poder estudiar con ella.
¿Por qué decides salir de tu país y emprender rumbo al extranjero?
Una vez terminados mis estudios en Italia sentí la necesidad de seguir mejorándome y de ver otra realidad musical que pudiese ser estimulante y provechosa para mi crecimiento como músico y persona. Creo que ir a estudiar a otro país, donde la enseñanza y la metodología es algo distinta de lo a que tú estás acostumbrado es realmente importante. Además abrirse a un mundo diferente es importante para poder ver la música y el mundo con una perspectiva menos “egocéntrica”. Me fui a Londres, una de las capitales más cosmopolitas del mundo con una oferta artística y musical impresionante. Todos los grandes artistas pasan por allí; disfruté de un increíble número de conciertos y pude sumergirme en un mundo de música, por así decir. Además entendí qué significaba ser músico a 360 grados, dado que allí los músicos free-lance tienen una vida muy frenética y los confines entre música clásica y popular no son tan determinados como un poco es en Italia.
Comenzaste tus estudios musicales en tu país natal, Italia. Cuéntanos un poco acerca del movimiento musical en ese lugar, cómo se vive la música ahí, como es la calidad de los conservatorios y como es la vida en ese lugar
Italia es un país con una gran y maravillosa tradición musical. Es casi imposible no sentir el “peso” de esa tradición. Recuerdo que de niña caminaba por el largo pasillo que me llevaba a mi clase de arpa y tenía un poco de miedo mirando a todos los bustos de compositores y directores que sobrepasan mi cabeza.
Esa imagen quizás pueda resumir un poco el rigor y el respeto que nos inculcan desde muy niños allí en el Conservatorio. No sé cómo será ahora pero en mis tiempos no importaba mucho tu edad. Desde el momento en que entrabas en el conservatorio, la música se convertía en una “cosa seria”. Por ende puedo decir que la calidad de la enseñanza era muy rigurosa, algo rígida diría yo, pero sin duda de muy buena calidad. En general los Conservatorios en Italia son instituciones muy buenas; de hecho los primeros conservatorios nacen justamente en Italia en el Renacimiento. Este prestigio se conserva hoy en día, si bien durante estos últimos veinte años muchas cosas han cambiado y estas instituciones se han abierto un poco más a la sociedad cambiante y a los nuevos tiempos. Seguramente ahora las clases de instrumento dialogan más entre ellas y en general hay más interés en formar un músico integral.
¿Cómo ha sido la experiencia de viajar por tantos países haciendo música? ¿Qué países te han gustado más y por qué?
Siempre digo que agradezco a la Música y al arpa por todo el mundo que me han hecho conocer. Siempre he sido una persona muy curiosa y deseosa de ver el mundo. Creo que si no hubiese sido por la música no hubiese viajado tanto. Viajar además para tocar y hacer lo que te gusta es un privilegio encuentro yo. Sin duda hay cosas que uno sacrifica también pero creo que todo ha merecido la pena. Sinceramente conservo un recuerdo distinto por cada país o teatro que he conocido. Sin duda, tengo un cariño especial por Letonia, el país donde primero he trabajado recién terminados mis estudios en Londres. Pero me encantaron Japón, Australia y España. En realidad cada país tiene un recuerdo especial en mi corazón. Y obviamente hay conciertos que más que otros conservo en mi memoria.
Tenemos el honor de tenerte como arpista principal en la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile desde hace ya varios años. ¿Cómo se origina la idea de postular al concurso de arpista en esta Orquesta?
Como te comentaba antes, siempre he amado viajar y conocer. Sinceramente todo fue un poco casual y de alguna forma me dejé llevar por mi intuición. En ese periodo estaba trabajando en Londres y vi el anuncio del concurso en la página de musicalchairs, una página donde se publican concursos para instrumentistas de orquesta. La primera selección era con video así que pensé “Voy a intentar”. Cuando me invitaron a la audición en vivo empecé a investigar más sobre Chile y vi que la Sinfónica era una institución importante y prestigiosa en el país. De alguna forma sentí una “buena vibra” al respecto así que estudié muchísimo (el viaje era muy caro y no quería gastar la oportunidad) Y bueno…¡gané el concurso!. Fue un día extraordinario para mí. Cansada del jet lag, con la adrenalina a mil, tardé unos días en comprender que me iba a mudar a Chile.
¿Qué te ha parecido Chile a nivel musical?
Chile me ha sorprendido positivamente a nivel musical. Llegando desde Europa no sabía bien lo que sería el medio musical acá. En realidad me gusta sentir la pasión que la gente tiene acá por la música también. Además que Chile ha tenido tremendos músicos y hoy en día cada vez más hay jóvenes chilenos que están deslumbrando en el extranjero. Además me ha gustado ver que el público acá es bien variado; se ven personas jóvenes en los conciertos y no solamente personas mayores. La programación de las orquestas es bien variada y en general Chile tiene unas de las mejores orquestas del continente Latinoamericano. En mi opinión Chile está progresando mucho musicalmente hablando y en un tiempo más se podrá posicionar aún mejor en el panorama musical mundial. Además me gustó mucho poder conocer e interpretar un repertorio latinoamericano que allá en Europa no se toca mucho o si se hace, resulta un poco escolástico. Me refiero a la rítmica que es obviamente distinta; es muy interesante para mí conocer este mundo rítmico también.
Indícanos tres obras para arpa que la gente debe si o si escuchar alguna vez en la vida.
Sin duda hay que escuchar el concierto de arpa y orquesta de Gliere, una energía y una fuerza increíbles. Imperdibles las Danzas sagradas y profanas de Debussy y el Introducción y Alegro de Ravel; si el arpa es tan mágica lo debemos a estos dos compositores que la entendieron completamente. Y por último el Concierto de Mozart para flauta y arpa. Mozart odiaba el arpa aparentemente pero nos ha regalado una maravilla sin tiempo.
Arpa y orquesta de Glier
Danzas sagradas y profanas de Debussy
Introducción y Alegro de Ravel
Concierto de Mozart para flauta y arpa
¿Qué consejos le darías a las nuevas juventudes que quieren comenzar un camino musical?
Sin duda que sean constantes y pacientes; los resultados solo se logran con mucho esfuerzo y dedicación. Que escuchen mucha, mucha música y que sean curiosos. No se trata solo de mover los dedos sino de llegar a emocionarse y a emocionar con lo que hacemos. Como me dijo una vez mi profe Gabriella Dall’Olio en Londres “Tienes que vivir y conocer de las emociones para poder traspasarlas en tu interpretaciones”. Y finalmente que aprendan desde pequeños a lidiar con la frustración; la música es una gran maestra en este sentido. Ser músico no es solamente recibir aplausos: a veces uno falla un examen o una audición o incluso un solo de orquesta puede no salir a la perfección. Hay que saber levantarse y salir adelante. La música y la vida siempre dan segundas oportunidades.